Domingo, 12 de Febrero de 2012, 15:00:43
No hacia nada más que dar vueltas en su cabeza, sus pensamientos parecían empalidecer a cada momento, la cordura iba desapareciendo y tomaban su lugar ideas represivas, carentes de sentido que solo conseguían confundirlo más. Las ideas acerca del suicidio, el asesinato, la tortura y lo patético de su ser iban tomando forma y sentido con el pasar del tiempo hasta el punto de convertirse en pensamientos muy naturales, que como al no poder ser de otra forma tenia que exteriorizar y para esto, era necesario dejar de lado aquello que es tan difícil definir. La primera victima como era de esperar tenia que ser su mejor amigo, aquel compañero de desventuras, su fiel mascota llamada Hipólito, Hipólito un perro de unos treinta centímetros de largo de un tono marrón q inexplicablemente recordaba al ocaso, unas orejas muy grandes y el cuerpo alargado. Las ideas lo instigaban a ver, como serian las reacciones de un ser vivo expuesto a las mas desenfrenadas situaciones, como, que pasaría s